Ritual La Velación de los Angelitos

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La celebración del Día de los Muertos a través de los ojos de los niños

Texto y fotos por Mary J. Andrade

La celebración de la tradición prehispánica del Día de los Muertos en México, ofrece la oportunidad a las familias de reunirse y hacer que los niños sean parte a través del ritual de La Velación de los Angelitos. Desde temprana edad, ellos son instruidos por sus madres y sus abuelas en la forma cómo se lleva a cabo este ritual.

Velación de los Angelitos en Pacanda, foto por Mary Andrade

La participación de los niños se inicia en Tzintzuntzan, Michoacán unos días antes de la velación. En esta población se realiza un desfile en el que los pequeños son los personajes centrales demostrando con sus actitudes respetuosas la manera cómo se honra la memoria de los fallecidos.

Guiados por sus padres, quienes elaboran, en la parte de atrás de camiones y camionetas, altares y tumbas decoradas con la flor de cempasúchitl, los niños desfilan sentados en los vehículos. Otros los siguen a pie por la calle principal de esta población. Los carros decorados atraen la atención con la visión anticipada de lo que será el ritual de la velación en el cementerio, algunos días más tarde.

Temprano, la mañana del primero de noviembre se realiza en muchos pueblos de Michoacán la Velación de los Angelitos, en particular en los cementerios de las islas de Janitzio y Pancada, así como en los pueblos ubicados en la ribera del Lago de Pátzcuaro.

Janitzio – Foto por Mary Andrade

Los padres cargan el arco desde la casa hasta el cementerio y lo colocan en la cabecera del sepulcro, los niños llevan las flores y durante la velación interpretan canciones para sus hermanitos fallecidos, con pequeños instrumentos musicales.

La suave luz rosada del amanecer ilumina las pequeñas figuras de las niñas, vestidas con blusas de satín, faldas de colores y delantales primorosamente bordados en punto de cruz. Ellas son el centro de esta ceremonia, las encargadas de colocar las ofrendas sobre los sepulcros, de encender y cuidar de que el viento no apague las velas.

Mientras, se escucha a lo lejos la voz del rezandero y durante tres horas, sentadas a un costado del cementerio las madres y las abuelas vigilan cómo los pequeños realizan el ritual de La Velación de los Angelitos.

Alrededor de las diez de la mañana, concluye este ritual. Los niños entregan al rezandero parte de las ofrendas que llevaron en las canastas y los padres vuelven al camposanto para llevar a casa el arco, que esa noche será nuevamente colocado, sobre el sepulcro de los adultos.

Desfile – Foto Mary Andrade

Las madres se acercan para ayudar a sus hijos a recoger las canastas y los floreros. Bajo el sol brillante, las tumbas quedan cubiertas de pétalos de flores, y veladoras encendidas.

Es de esta manera cómo los padres transmiten a sus hijos una tradición, que ha sido preservada a través de  los siglos, El Dia de Muertos, con valores familiares y cariño a los seres que nos han dejado en este mundo.